Maddalena penitente

Madera de álamo blanco
188 cm. de altura

Cuando Donato di Niccolò Bardi estaba ya cerca de cumplir los setenta años realizó esta escultura, una de las más expresivas e impresionantes de todos los tiempos. En ella se nos muestra la figura de una Maria Magdalena que mas bien parece un espectro, devastada por la penitencia y el ayuno. Desdentada, con los cabellos largos y con esa mirada perdida, casi se puede percibir su piel curtida por el sol del desierto.



Ubicada en el baptisterio de Florencia desde el año 1500, el 4 de noviembre de 1966 se vio envuelta en el barro, cuando la crecida del Arno abrió las Puertas del Paraíso de Ghiberti. Tras la restauración de la figura (a raíz de la cual se encontraron restos de su policromía original), pasó a estar protegida en las dependencias del cercano Museo de la Catedral, donde permanece hoy en día. Todavía sobrecoge cuando se contempla.