L – Museo del Prado (Madrid)
Santas Justa y Rufina (VIII)
En Sevilla me llamó la atención su Retrato de Saturnina Moso Villanueva. Tiene algo que no sé describir, pero la imagen cautiva de inmediato.
Maria Maddalena come Melanconia
Después de unos días en Sevilla, empachado ya de obras religiosas, esta pintura, no demasiado famosa, ha terminado siendo una de las que mas me ha conmovido de todas las que he visto.
Es fácil que pase desapercibida, ya que se encuentra situado en lo alto, por lo que si uno ha quedado deslumbrado por la magnificencia de la sala capitular, justo al lado, puede perdérsela fácilmente. Simplemente, me parece bellísima. La expresión del rostro es inolvidable; la naturalidad con que descansa la cabeza sobre el antebrazo realzan elegantemente la composición.
Artemisia realizó una copia de este cuadro, ligeramente más grande, con algunas diferencias. No he conseguido encontrar ninguna reproducción suya de calidad por ningún sitio, así que reproduzco la que circula comúnmente por ahí:
Lo que más llama la atención es la anchura del paño que cubre el hombro y el pecho, añadido con posterioridad (no hace falta recurrir a los rayos X para ver como estropea la sensualidad de la obra). La fisonomía de la Magdalena también es distinta, mucho más clásica en la segunda versión, lo que para mi redunda en un resultado claramente inferior. No hay ninguna evidencia del motivo por el cual Artemisia realizó esta copia, cosa ya había sucedido con su Judith decapitando a Holofernes; me gusta pensar que las copias se realizaron para desquitarse de las ofensas realizadas por los que encargaron las obras que para obtener mas dinero con su venta.
Hay dos obras más de Artemisia Gentileschi en España: Nascita de Giovanni Battisita (Nacimiento de San Juan Bautista), muestra relevante de la primera etapa napolitana de la artista de Roma, donde se mezclan a partes iguales su clasicismo y caravaggismo; y Madonna e Gambino con rosario, de la segunda.
Adoración de los Reyes Magos
He escogido esta obra por sus colores: la gama que ofrece me parece exquisita. Una visión detenida de los atuendos de los reyes deja al descubierto la variedad de pigmentos que utilizó el artista. Esta pintura forma parte del retablo de las cuatro Pascuas, que se «desamortizó», y por tanto, se desmontó hace tiempo. Estaba destinado al altar mayor del convento de San Pedro Mártir, en Toledo.
Frescos de San Baudelio de Casillas de Berlanga: Elefante
La remodelación que se acometió en 2010 en el museo del Prado fue la protagonista de la primera entrada de una primeriza versión de Arte a las ocho, que se publicó el 19 de marzo de 2013.
La sala 51c, que se habilitó durante 2009, es un excelente punto de partida para empezar una visita reposada a la colección permanente del museo, de las que se prolongan varias jornadas. Los frescos de la ermita mozárabe de San Baudelio en Casillas de Berlanga (Soria) causan una impresión indeleble a quienes las contemplen, así que merece la pena verse inmerso en ellas durante un buen rato. He escogido al elefante (que porta un castillo), pero el oso o la cacería de ciervos son otros buenos ejemplos de motivos sorprendentes para tratarse de pinturas incluidas en una ermita en aquella época. La historia de dichas pinturas y su venta a un coleccionista norteamericano durante los años veinte del pasado siglo ya sólo son lo suficientemente interesantes como para dedicar un rato a saber mas sobre ellas.