Quiero mostraros una de las imágenes que me han puesto en el examen de hoy de Iconografía cristiana. He sido incapaz de indicar el tema del que se trataba; es más, he tenido que dejar su referencia en blanco. No hacía falta indicar su autor, ni su fecha de elaboración, ni su ubicación actual: sólo tenía que indicar de que tema trataba y que podía decir acerca de él. ¿Por qué no he sido capaz, si parece bastante fácil? Simplemente porque la reproducción, aunque era en color, era muy pequeña y mi vista ya no es lo que era. Y no era cuestión de preguntar, he pensado, ya que era mi ignorancia la que me hacía no poder identificar el asunto en cuestión
Rembrandt van Rijn, 1645. Эрмитаж / Museo del Hermitage (Санкт-Петербург / San Petersburgo)
Óleo sobre lienzo
117 x 91 cm.
San José no se veía, adiviné un rostro pero no sabía decir si era un ángel u otra cosa. El berbiquí del fondo se me antojaba la silueta de un hombre delgado como un fantasma. La mujer estaba leyendo a un leño o a algo similar en la cuna. ¿Estará loca o algo peor? Uno de los ángeles (el de la esquina superior izquierda) portaba una especie de piedra (ha resultado ser una cabeza), no se sabe con qué extrañas intenciones. La madera que prende abajo a la derecha, calor del hogar, se me antojaba símbolo de algún extraña asociación que no lograba comprender.
Rembrandt nunca sospechó que alguien interpretaría su obra como la de una joven niña loca, que le lee a un leño y mira si se ha dormido, mientras unos fantasmas acechan en el fondo de su habitación y unos ángeles, entre asombrados y asustados, van a tirar un objeto a la pareja.
Pues a mí no me ha hecho gracia. Además, me he quedado dudando: ¿me falta imaginación o me sobra?