Los Wyeth representaban a los animales con actitudes humanas. Este carnero se muestra aquí como un orgulloso habitante de Monhegan Island. Los dos pintores, padre e hijo, difícilmente encasillables en ninguna corriente artística, se me han revelado profundamente inspiradores. Distintos y semejantes, sus obras se van entrelazando en la estupenda muestra de su obra que todavía se puede ver en el Museo Thyssen-Bornemisza.
Los temas que escogen parecen corrientes a simple vista, pero todos adquieren una magia insospechada cuando se analizan con algo mas de detalle. Huyendo de todos los calificativos, ajenos a las críticas, ásperos y sutiles, muestran una sensibilidad que transmite una sutil sensación, simultáneamente apasionada y desapasionada, de tranquilidad y de intranquilidad a la vez. Si veis la muestra, entenderéis lo que quiero decir cuando observéis la serie de Jamie Seven Deadly Sins (Los siete pecados capitales), de una elocuencia propia de otros tiempos.
La muestra mezcla obras de padre e hijo: The Islander (El isleño), de Jamie y My Young Friend (Mi joven amiga), de su hijo Andrew son dos de las que mas me impactaron.
Jamie Wyeth, 1975. The Andrew and Betsy Wyeth Collection
Óleo sobre lienzo
86,4 x 112,7 cm.
Andrew Wyeth, 1970. The Andrew and Betsy Wyeth Collection
Témpera sobre masonita
81,3 x 63,5 cm.
Abstractos y realistas. En ocasiones, ambas cosas en la misma obra; véase por ejemplo, Troddenn Weed (Hierba pisada). Otras veces te deslumbran con su técnica como es el caso de My Young Friend, donde los detalles de la lana del jersey son dignos de los van Eyck (e igual que con las pinturas de éste, difícilmente apreciables en una reproducción). Unas veces mas realistas, otras mas experimentales otras, como en el retrato de Andy Warhol en A.W. working on Piss series.
No dejéis de ver esta interesante muestra, que además, es la primera que se celebra de estos artistas en Europa.