70 x 99 cm.
79’7 x 109’1 cm.
El árbol gris es del año siguiente. Es de su etapa cubista. Las paletas sombrías de Bracque y Picasso también tiene su reflejo aquí. A diferencia del anterior, carece prácticamente de profundidad. No se ha empleado un patrón para hacerlo, pero la idea flota en el ambiente. La idea de espiritualidad sigue subyacente. También es una gran obra en sí misma.
78’5 x 107’5 cm.
Pasa otro año y la abstracción ya se impone. Sabemos que es un árbol siguiendo la serie, pero ya costaría identificarlo así en una primer contacto con la obra. Los colores siguen siendo los de la paleta de Bracque. Las hojas dominan sobre el conjunto. Las líneas verticales amalgaman la figura. Cubismo analítico.
105’1 x 114’3 cm.
Por último, tenemos ya a Mondrian instalado en totalmente en la abstracción. Este cuadro ya no es cubista. Decir que esto es un árbol es ya un acto de fe. La sensación de calor que proporciona el amarillo es evidente. A Mondrian le llevó muchísimo tiempo encontrar su estilo definitivo, pero está claro que en cada hito que alcanzaba dejaba unas obras impresionantes.