Das Museum im Scottenstift (Museo de la abadía de los Escoceses )

Durante la Alta Edad Media, los monjes irlandeses fueron los primeros responsables de la difusión del cristianismo por gran parte de la Europa central. En 1072, tres monjes irlandeses, encabezados por Marianus Scotus, se instalaron en Regensburg (Ratisbona), creando una comunidad que creció rápidamente, hasta llegar a constituir el monasterio de St. Jakob (Santiago). Desde aquí se fundaron una serie de monasterios importantes por toda la zona: Nuremberg, Constanza, Wurzburgo, …. La abadía de Nuestra Señora de los Escoceses, en Viena, fue uno de esos monasterios. Bastante más tarde, en 1215, el papa Inocencio III formó la congregación de los monasterios escoceses de Alemania, los German Schottenklösters,  haciendo del abad de Saint Jakob en Ratisbona el abad general de la misma. En latín, Irlanda era conocida como Scotia Major, por lo que en Alemania sus monjes fueron llamados Schotten. No fue hasta comienzos del siglo XVI cuando el papa León X decretó el uso de la palabra Scotia para designar a la actual Escocia.


En junio de 1155, Federico I Barbarroja acababa de ser coronado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Con el objeto de pacificar su territorio, tomó la decisión de despojar del Ducado de Baviera a Enrique II de Babenberg, hasta entonces margrave de Austria, (Margrave = Marqués = Señor de la Marca) para cedérselo a Enrique el León, duque de Sajonia. A cambio, mediante el Privilegum Minor, firmado en 1156, Federico I concedía el estatuto de ducado a Austria, dotándolo de una independencia prácticamente total del Imperio. En la práctica, la única obligación del duque de Austria con el emperador sería la de prestar tropas en las guerras que se pudiesen desarrollar en las provincias vecinas.

Schottenstift Wien

Photo: Andreas Praefcke, de uso público bajo licencia de Creative Commons


Enrique II, que unos años antes (1145) había traslado su residencia a Viena, ordena construir esta abadía extramuros, con el objeto de dotar a la ciudad de una mayor relevancia. En la actualidad, esta ubicación coincide con la plaza del Freyung. El origen de este nombre viene del derecho de asilo concedido a los monjes: los fugitivos que se refugiaban en el monasterio no podían ser arrestados.

Tanto el edificio original como la iglesia han sido reformadas varias veces. Aquí fue bautizado Fritz Lang y se celebró el funeral de Haydn (en dicha ceremonia sonó el Requiem de Mozart, del que Haydn había sido amigo y en cierto modo, mentor). Pueden visitarse la capilla románica y la cripta, donde se hallan enterrados Enrique II, su mujer y su hija. Además, posee una importante librería.

Schottenstift Wien

El museo se ha instalado en las salas correspondientes a la antigua vivienda del abad. Su pieza mas importante es el Schottenaltar, retablo gótico de 1470 de autor anónimo.


Se conservan un total de 21 de los 24 paneles que lo componen, desde que en 1939 salieran a la luz la Epifanía y la Lamentación de Cristo, que pasaron de manos privadas a la Galería Belvedere. Los otros 19 se encuentran aquí.


Cada panel es de madera de roble, está pintado al óleo y mide entre 79-87 x 80 cm. Con las puertas cerradas, el retablo consta de ocho paneles con escenas de la vida de Cristo. Cuando se abren, se muestran dieciséis tablas con otros tantos episodios de la vida de la Virgen (las tres que faltan pertenecen a esta serie). En la escena de la Visitación se puede contemplar con nitidez el tejado de la catedral de St. Stephan y Rotenturmstrasse, la calle que lleva hasta el Danubio todavía hoy en día. El paisaje del fondo del panel de La huída a Egipto muestra una vista de la Viena medieval, donde destacan claramente dos edificios:  la catedral en el centro, y en la parte derecha, la propia abadía de los Escoceses.


El museo contiene también otras obras de de los siglos XV a XIX. Además de arte sacro y varias pinturas barrocas, algunas de ellas del taller y el entorno de Rubens, también hay interesantes y primerizos paisajes holandeses,  así como pintura del periodo Biedermeier, estilo que se puso de moda en Viena durante la primera mitad del XIX, representado aquí por Johann Baptist Dreschler, Thomas Ender, Johann Knapp y Johann Peter Kraft.

Me gustaron varias obras de pintores flamencos: el Ecce Homo de  Joachim Beuckelaer destilaba la esencia de la ciudad de Amberes, en tanto que los paisajes del pintor de Malinas David Vinckboons  maravillaban por su minuciosidad.



La parábola del hijo pródigo fue muy popular durante la época de la Reforma y estaba estrechamente relacionado con la vanitas en el XVII.  La serie dedicada a este tema realizada por Johann Heiss dotaba de un sentido de completitud a la estancia donde estaba ubicada, llena de naturalezas muertas. No me impresionó demasiado la colección barroca del museo, siendo esta serie la que me llamó mas la atención.


Con respecto al periodo Biedermeier me quedo con varias obras:



El término Biedermeier se generó en las artes decorativas, aplicándose  por extensión a la pintura. El castillo de Rauhenstein está situado en la Baja Austria. Sus restos, representados por Thomas Ender, son un magnífico ejemplo del tipo de paisaje que este estilo puso de moda. Es costumbre  tildar a este movimiento de burgués, complaciente, rancio y austero, por oposición al romanticismo. Un recorrido con algo mas de profundidad por los museos de Viena me indica que el movimiento no está exento de interés ni merece estar tan denostado, por lo que esos calificativos, cuanto menos, parecen causados por una excesiva simplificación de su estudio.

Johann Peter Krafft fue un pintor que se dedicó a los temas históricos que está encuadrado dentro de este estilo. Es conocido tanto por sus escenas monumentales que muestran la victoria del Imperio austriaco sobre Napoleón que pueden verse en el Belvedere y en el Hofburg como por sus escenas aparentemente cotidianas, que envían un claro mensaje político.

Maddalena penitente

Madera de álamo blanco
188 cm. de altura

Cuando Donato di Niccolò Bardi estaba ya cerca de cumplir los setenta años realizó esta escultura, una de las más expresivas e impresionantes de todos los tiempos. En ella se nos muestra la figura de una Maria Magdalena que mas bien parece un espectro, devastada por la penitencia y el ayuno. Desdentada, con los cabellos largos y con esa mirada perdida, casi se puede percibir su piel curtida por el sol del desierto.



Ubicada en el baptisterio de Florencia desde el año 1500, el 4 de noviembre de 1966 se vio envuelta en el barro, cuando la crecida del Arno abrió las Puertas del Paraíso de Ghiberti. Tras la restauración de la figura (a raíz de la cual se encontraron restos de su policromía original), pasó a estar protegida en las dependencias del cercano Museo de la Catedral, donde permanece hoy en día. Todavía sobrecoge cuando se contempla.

Museu de Aveiro

El museo de Aveiro está situado en el Antiguo convento de Jesús. La princesa Juana, hija del rey Afonso V de Portugal y futura santa, se retiró a este convento en 1472, donde vivió sus últimos 18 años.Es un interesante lugar para visitar, sobre todo por su iglesia barroca.


En el coro bajo se encuentra la tumba de la santa, una obra de principios del siglo XVIII del arquitecto João Antunes, realizada en marquetería de mármol policromado y soportada por ángeles sentados, también de mármol.


Retrato da princesa santa Joana es la pintura es la más emblemática del museo. Está atribuida a Nuno Gonçalves (o a su entorno), y sorprende por la falta de expresividad de los rasgos de la joven, que está representada con el traje de la corte, en un retrato realizado con el fin de encontrarla un pretendiente que ella no deseaba.


Nuno Gonçalves, h. 1472.  Museu de Aveiro
Óleo sobre tabla
60 x 40 cm.

Painéis de São Vicente (Retablo de San Vicente)

 

 

Nuno Gonçalves, h.1470.  Museu Nacional de Arte Antiga (Lisboa)

Óleo y témpera sobre tabla

Es la obra más emblemática de la pintura primitiva portuguesa. Originalmente se encontraba en el monasterio de São Vicente de Fora, en Lisboa. Entre sus seis tablas se muestran un total de cincuenta y ocho personajes, una representativa selección de los diferentes estratos de la sociedad portuguesa de la época y de personajes importantes de la Corte. 
Jose de Figueiredo, historiador y crítico de arte portugués y primer director del museo, fue el primero en publicar un estudio sobre el retablo, identificando su autoría, bautizando cada uno de los paneles e identificado a los  personajes que en él aparecen representados. En 1910 publicó O pintor Nuno Gonçalves, fuente es de donde se ha obtenido tradicionalmente esta información. No obstante, actualmente los expertos no se ponen de acuerdo en dicha identificación, por lo que la pintura sigue siendo objeto de múltiples estudios y controversias. Ni siquiera el significado de la obra está claro.
 
Painel dos Frades: 207’2 x 64’2 cm. 
Painel dos Pescadores: 207 x 60 cm.
Painel do Infante: 206’4 x 128 cm.
San Vicente es el personaje del centro, ataviado con dalmática.
 
El personaje arrodillado a la derecha es el rey Alfonso V y el niño que está a su lado su hijo, el príncipe Juan, futuro rey Juan II de Portugal. A continuación, encima, con sombrero de ala ancha, está situada la figura que se identifica con Enrique el Navegante, infante de Portugal, gracias a la imagen del manuscrito de 1493 Crónica dos feitos da Guiné, del cronista Gomes Eanes de Azurara, que se conserva en la Biblioteca Nacional de Francia, en Paris. El propio José de Figueiredo identifica esta fuente en su libro.
 
Figura 5 de la Crónica dos feitos da Guiné. 32’2 x 23’3 cm.
A la izquierda, arrodillada en primer plano, la reina Isabel de Coimbra; justo a continuación, la madre del rey, Isabel de Aragón. El primer personaje de la izquierda es, según Figueiredo, un autorretrato de Nuno Gonçalves. 
Painel do Arcebispo: 206’3 x 128’3 cm.
En el panel simétrico, de nuevo San Vicente es el personaje del centro. El personaje arrodillado a la izquierda, en primer término, es el príncipe Fernando rodeado de caballeros. En la parte superior se distingue claramente al arzobispo de Lisboa, con sombrero mitral, rodeado de canónigos. El personaje de la esquina superior derecha es, según una hipótesis de Figueiredo, Gomes Eanes de Azurara, el cronista y guarda de la biblioteca real que hemos mencionado anteriormente, y que debía ser amigo íntimo del pintor.
Painel dos Cavaleiros: 206’6 x 60’4 cm.
En este panel están representada la familia de los duques de Bragança, la casa más poderosa del reino: arrodillado en primer termino está el duque Fernando, seguido de su primogénito (Fernando II de Bragança) y Juan, su hijo menor. A continuación se puede observar un caballero musulmán. Resulta significativo señalar que el niño al que hemos visto en el painel do Arcebispo, Juan II de Portugal, ordenaría ejecutar a Fernando II en 1483, acusándole de traición. 
Painel da Relíquia: 206’5 cm. x 63’1 cm.
En la última tabla se puede observar a un personaje eclesiástico que porta un hueso del cráneo de San Vicente. 

Battaglia di San Romano (La batalla de San Romano)



Paolo Uccello, h. 1438. The National Gallery (London)
Temple sobre tabla

182 x 320 cm. 
Es difícil hacerse una idea de como era este tríptico cuando lo realizó Paolo di Dono (Uccello -el pájaro- es el apodo que se ganó el italiano, según Vasari, por su desmedido interés en la perspectiva). Completado pocos años después de la batalla que enfrentó el 1 de junio de 1432 a los florentinos, encabezados por Niccolò da Tolentino, (el personaje que lleva el sombrero de damasco en rojo y oro) con las tropas de Siena (lideradas por Bernardino della Ciarda), que puso fin a la guerra que enfrentaba a Florencia con Lucca y sus aliados, sus tablas estaban  originalmente rematadas en arco para ajustarse a un techo abovedado en la casa de Lionardo Bartolini, supervisor del Consejo de los Diez que había dirigido la guerra. En el caso de la tabla de la National Gallery, las limpiezas realizadas durante el siglo XIX han ido restando color a los rostros y los paisajes, a la vez que han dotado a los caballos de un aire artificial. Las armaduras, representadas con minuciosa fidelidad, estaban decoradas con pan de plata, lo que las daba un aspecto brillante y reluciente que hoy no se puede observar, ya que el paso de tiempo ha apagado ese efecto, aunque algo queda de ello en una de las pinturas.


Paolo Uccello, h. 1438. Galleria degli Uffizi (Firenze)
Temple sobre tabla

182 x 320 cm. 

Más tarde, las tablas se serraron en rectángulos y se trasladaron a los aposentos de Lorenzo el Magnifico, en la planta baja del palacio de los Médicis. Como la composición recuerda a un tapiz medieval, Lorenzo de Médicis, que para su boda organizó torneos, es seguro que no pudo resistirse a la contemplación de esta obra. 


Se suelen nombrar como Niccolò da Tolentino alla testa dei fiorentini (Londres), Disarcionamiento di Bernardino della Ciarda (Florencia), e  Intervento decisivo a fianco dei fiorentini di Michele Attendolo (Paris). La tercera tabla es la única firmada y posiblemente se realizara con posterioridad a las otras dos.



Paolo Uccello, h. 1438-40.  Musée du Louvre (Paris)
Temple sobre tabla

182 x 317 cm. 

(Intervento decisivo a fianco dei fiorentini di Michele Attendolo fue publicada en Arte a las ocho por primera vez el 18/11/13;  Battaglia di San Romano fue sugerida por K.)


El pintor se había formado en el taller de Ghiberti, lo que sin duda influyó en la forma de dibujar las figuras, especialmente las de los caballos. Se puede apreciar la gran cantidad de detalles que Uccello introdujo para conseguir una perspectiva con varios puntos de fuga. Son habitualmente reseñados los escorzos del soldado muerto, en la parte inferior derecha de la tabla de la National Gallery, o el del casco de la parte central en la misma tabla. La posición de los caballos de la tabla de los Ufizzi también está muy estudiada, así como las de los fragmentos de lanzas que se hayan dispuestos por el suelo del campo de batalla. Su gran amigo Donatello se burlaba cariñosamente de estas invenciones.


La dispersión de las tablas ha hecho que, desde que pude observar la de los Ufizzi hasta que he podido completar la serie en Londres, hayan transcurrido casi la friolera de seis años. En particular, el Disarcionamiento  se ha restaurado desde que tuve la fortuna de verla. Los entendidos dicen que la del Louvre es la tabla que ha perdurado en mejores condiciones. Pues bien, a pesar de ello, ha sido la tabla de la National Gallery la que mas me ha impactado.