Pietro Torrigiano, h. 1525. Museo de Bellas Artes de Sevilla
Arcilla cocida y policromada
224 x 126 x 160 cm.
(Publicada en Arte a las ocho por primera vez el 26/04/13)
Esta obra es fundamental para la tradición de la escuela sevillana de escultura: su influencia es tan grande que se podría decir que todos sus artistas han tratado de asimilar su iconografía. El mismo Juan Martínez Montañés realizó un Santo Domingo de Guzmán basándose en ella. Esta última pertenecía al retablo mayor del convento de Portacelli, decorado por Juan Pacheco, desaparecido durante la guerra civil española.
Juan Martínez Montañés, 1605-09. Museo de Bellas Artes de Sevilla
Madera tallada y policromada
126 x 68 x 147 cm.
Pietro Torrigano tuvo una vida turbulenta y fama de violento. Vasari cuenta como le partió la nariz al mismísimo Miguel Angel. Según este mismo autor, el florentino murió en una huelga de hambre, ya que fue encarcelado por la Inquisición, hecho que ha sido cuestionado por diversos documentos. Según la leyenda, escapó disfrazado de la prisión del castillo de San Jorge y huyó a las Indias. Goya ilustró el episodio de su huelga de hambre en uno de sus albumes de dibujos: No comas celebre Torrigiano.
Francisco de Goya y Lucientes, 1814-24. Museo del Prado (Madrid)
Aguada y tinta sobre papel
20,5 x 14,2 cm.
A Goya le gustaba mucho el San Jerónimo de Torrigiano. Tanto, que recomendaba copiarlo. Al aragonés se debe la recuperación del olvido de este escultor, uno de los mas importantes del Renacimiento italiano, ya que contribuyó de forma decisiva a la introducción de este tipo de obras en Flandes y el centro de Europa e Inglaterra.
No es la única obra del italiano que se conserva en el museo, también hay una interesante Virgen de Belén. Obsérvese como la Virgen muestra la manzana del pecado original, que recoge para remediar el error de Eva.
Pietro Torrigiano, 1525. Museo de Bellas Artes de Sevilla
Arcilla cocida y policromada
140 cm.