Después de unos días en Sevilla, empachado ya de obras religiosas, esta pintura, no demasiado famosa, ha terminado siendo una de las que mas me ha conmovido de todas las que he visto.
Es fácil que pase desapercibida, ya que se encuentra situado en lo alto, por lo que si uno ha quedado deslumbrado por la magnificencia de la sala capitular, justo al lado, puede perdérsela fácilmente. Simplemente, me parece bellísima. La expresión del rostro es inolvidable; la naturalidad con que descansa la cabeza sobre el antebrazo realzan elegantemente la composición.
Artemisia realizó una copia de este cuadro, ligeramente más grande, con algunas diferencias. No he conseguido encontrar ninguna reproducción suya de calidad por ningún sitio, así que reproduzco la que circula comúnmente por ahí:
Lo que más llama la atención es la anchura del paño que cubre el hombro y el pecho, añadido con posterioridad (no hace falta recurrir a los rayos X para ver como estropea la sensualidad de la obra). La fisonomía de la Magdalena también es distinta, mucho más clásica en la segunda versión, lo que para mi redunda en un resultado claramente inferior. No hay ninguna evidencia del motivo por el cual Artemisia realizó esta copia, cosa ya había sucedido con su Judith decapitando a Holofernes; me gusta pensar que las copias se realizaron para desquitarse de las ofensas realizadas por los que encargaron las obras que para obtener mas dinero con su venta.
Hay dos obras más de Artemisia Gentileschi en España: Nascita de Giovanni Battisita (Nacimiento de San Juan Bautista), muestra relevante de la primera etapa napolitana de la artista de Roma, donde se mezclan a partes iguales su clasicismo y caravaggismo; y Madonna e Gambino con rosario, de la segunda.