Dentro de esta pequeña iglesia se encuentran unos valiosos frescos de la época carloingia. Se encuentran situados en las paredes este y norte. Son obra de dos artistas diferentes. Comenzamos por el ciclo del interior de los tres ábsides.
En el ábside central tenemos un Cristo erguido, bendiciendo, flanqueado por dos ángeles.
A la izquierda, San Gregorio Magno, vestido de Papa, con un códice.
Los más llamativo de esta pared son las dos figuras que sobresalen a los lados de la hornacina central, obra de otro autor diferente, que además, algunos expertos consideran el mismo que realizó el importantísimo ciclo de frescos del cercano convento benedictino de San Juan, en Müstair (de hecho, ambas iglesias pertenecían al mismo grupo, San Benedetto era filial del convento de San Juan). A la derecha, Egnone, obispo de Coria, y fundador de la iglesia, ofreciéndola al Señor.