Otto Dix, 1926. Centre Georges-Pompidou (Paris)
Óleo y tempera sobre madera
121 x 89 cm.
Las curvas art-decó del Romansiches Café, en Berlín, contrastan con los rasgos rectos y angulosos de la modelo. Según la propia retratada, Dix quería representar con esta pintura el espíritu de una época que no se preocupaba de la belleza externa de la mujer, sino de su refinamiento espiritual. Era la Nueva Mujer, «die Neue Frau». En los años veinte se puso de moda este estilo: pelo corto, vestidos más cortos también; ahora ellas fumaban y realizaban actividades hasta ahora consideradas masculinas, como jugar al tenis, pilotar aviones o ser periodistas, como en el caso de Sylvia, que aquí presenta un aire eminentemente intelectual. Este cuadro fue recreado por Bob Fosse en las primeras escenas de Cabaret (1972).